[Preludio] - Un Largo Camino

Terrasanta es la gran capital de Dwänholf y también su ciudad principal. Construída sobre unas viejas ruinas de origen desconocido, la urbe se ha convertido en el lugar más lujoso del principado. Aunque existe una enorme corrupción, el crimen no se encuentra extendido tan abiertamente como en los puertos, gracias al control que los ricos burgueses ejercen sobre los bajos fondos.

La organización Sol Negro ha invertido grandes cantidades de dinero durante años para asegurar la prosperidad de Terrasanta. Consecuentemente, la ciudad goza de grandes adelantos, como calles pavimentadas y farolas de lampydirae, al igualq ue posee una hermosa arquitectura llena de lujosos elementos decorativos.

La caída del Emperador Elías no ha supuesto un gran cambio para los habitantes de Dwähnholf quienes ya estaban acostumbrados a la miseria y la delincuencia, sin embargo los rumores de guerra no son ajenos en estas tierras y se rumorea que pronto los principados vecinos podrían iniciar la ofensiva, y por desgracia para los habitantes de Dwänholf motivos no les faltan.

Sin embargo ahora nada de eso importaba, ya habías perdido la cuenta de los días que llevabas caminando sola por los desolados parajes de Dwänholf, sin comida, sin bebida y a pesar de la enorme resistencia que tu cuerpo parecía manifestar empezabas a notar la punzada del hambre y cómo las fuerzas te abandonaban. Huías de un pasado aterrador en busca de un futuro incierto que parecía escapar de ti al mismo ritmo que avanzabas hacia él, en ocasiones los caminos del destino son caprichosos.

No debías estar ya muy lejos de la ciudad llamada Terrasanta, no era el mejor de los destinos pero probablemente allí encontrarías cobijo y algo de comida y sólo te restaba concentrarte lo suficiente en alcanzar tu meta antes de desfallecer del todo.

Nit'Haiah



¿Por cuánto tiempo llevo caminando? Me preguntaba mientras andaba y andaba camino recto con el sol dándome de lleno en la nuca, esperando llegar pronto a la ciudad de Terrasanta. Sólo quería un lugar en el que cobijarme de ese infernal calor y poder descansar mi cuerpo y alma por entero.

No podía dejar de pensar en el punzante dolor que sentía en las piernas, y para distraerme de ello, trataba de pensar en los hermosos paisajes del último pueblo por el que pasé, aunque rápidamente esos pensamientos se transformaban en ricos estofados, pescado rebozado, piezas de fruta... pero sobre todo, en agua, ¡qué hambre y sed tenía!

¡Qué horror! estaba deseando llegar a alguna parte, mi cuerpo no podía más, mis ojos se cerraban del cansancio...

¡Un pequeño esfuerzo! me dije a mi misma para darme ánimos.

No sé por cuánto tiempo más estuve caminando hasta llegar a algún lugar, sólo sé que el sol ya trataba de esconderse tras las montañas... menos mal que conseguí llegar a una ciudad con esperanzas de que fuera Terrasanta.

Conseguí acercarme gracias a las fuerzas que me quedaban a una casa y, no sé si por fruto del cansancio o una mala jugada de mi mente, a lo lejos distinguí una sombra y pequeños haces de luz que parecían ser llamas a su alrededor. Me alteré muchísimo, mi corazón se puso a mil por hora y empecé a marearme tanto que, mientras caía al suelo, pensé en si me estaba volviendo loca mientras aferré contra mi pecho mis objetos personales todo lo fuerte que pude.

Según las últimas indicaciones que preguntaste no debías estar muy lejos de la posada más cercana, las largas distancias del continente distaban mucho de aquellas a las que estabas acostumbrada en la isla de Varja pero ello no te echó hacia atrás ¿qué motivo tendría alguien para mentirte acerca de ello?

Después de varias horas caminando sin parar tus ojos parecieron engañarte, a lo lejos te pareció observar como un cuerpo yacía en el suelo inerte pero al acercarte pudiste comprobar que no era así. Una chica semi consciente estaba tirada en el sueldo balbuceando cosas ininteligibles y entonces pudiste ver como a no más de doscientos metros se alzaba la posada que tanto habías buscado.

Andrew Gelder


Al entrar en la posada os encontrásteis una imagen un tanto desoladora, allí parecía que hacía mucho que nadie entraba. Las estanterías estaban vacías y a penas había una mesa y tres sillas colocadas encima de ella, el lugar no estaba excesivamente sucio pero sí cubierto de polvo por el poco uso y el único detalle que le daba algo de vida era un piano cubierto por una tela blanca.

Cuando ya estábais a punto de desanimaros del todo por el panorama unos pasos de caballo y una extraña voz os saludó desde vuestra espalda.

- Buen día, jóvenes damas. Si estáis aquí esperando a que alguien os atienda os traigo una mala noticia, hace años que el establecimiento está cerrado y no acepta nuevos clientes y a duras penas podría ofreceros algo para tomar.

El hombre bajó del caballo de forma ágil.

- Mi nombre es Andrew Gelder, y soy el desafortunado dueño de estas ruínas ¿Qué trae a un par de chicas como vosotras por estas tierras? Estamos algo lejos de Terrasanta.

Nit'Haiah



Poco a poco con los pequeños tumbos que daba la chica al andar llevándome sobre sus hombros, iba recuperando la consciencia. Estaba sorprendida de que una chica con tal apariencia pudiera cargarme sobre ella, debía de ser muy fuerte.

Gracias - le dije en el oído - te estoy muy agradecida por ayudarme, si no te importa, ya puedo andar sola, no quiero hacerte daño.

Entramos en la posada y, aunque estaba todavía un pelín mareada, puede distinguir con total claridad un lugar donde parecía que ni un fantasma había merodeado por allí en mucho tiempo por el grosor de polvo que cubría los objetos que ahí dentro habían.

Tampoco me dio tiempo a observar detenidamente qué había dentro, pues unos segundos después escuché una bella voz varonil detras de nosotras y el relincho de un caballo.

Agua, comida y un sitio donde dormir - fue lo primero que dije tras las palabras del joven, seguía teniendo mucha hambre!!. Seguramente parecí antipática, pero es que cuando tengo hambre...

Me senté en el suelo junto a la chica (debo preguntarle el nombre cuando acabemos de hablar con el caballero, que no se me olvide, cabecita mía despistada) observando a Andrew con cara como esperando a que él continuara hablando tras mi comentario, aunque la joven junto a mí comenzó a hablarle, aunque en sus palabras parecía que se reflejaba cierto miedo, tal vez fue una paranoia mía por el cansancio.

Genial, nada mas abrir la posada comprendi que esta posada estaba abandonada, suerte al menos que disponiamos un lugar para descansar, no creo aquella chica aguantase mucho tiempo mas en ese estado, parece agotada, apesar de su lamentable estado, necesitaba comer y pronto.

Tras hechar una mirada mas profunda a la estancia veia estanterias vacias algun libro viejo, y una unica mesa en medio con tres sillas, En la barra del bar parecia que directamente no habia nada, mas que alguna botella vacia.

Antes de que me diese cuenta senti el sonido de un caballo detras mia, para ver a un hombre al tiempo que se bajaba de la yegua, y nos saludaba.

- Buen día, jóvenes damas. Si estáis aquí esperando a que alguien os atienda os traigo una mala noticia, hace años que el establecimiento está cerrado y no acepta nuevos clientes y a duras penas podría ofreceros algo para tomar.

El hombre bajó del caballo de forma ágil.

- Mi nombre es Andrew Gelder, y soy el desafortunado dueño de estas ruínas ¿Qué trae a un par de chicas como vosotras por estas tierras? Estamos algo lejos de Terrasanta.

Parece que al menos hay alguien vivo por estas tierras, pero por mi familia tenia que ser un hombre, no se hablar con ellos, yo creo que se rien de mi siempre que me miran, no paran de sonreir con una sonrisa falsa este tambien.

-Si bueno perdona estoy de viaje, y esta joven la encontrada tirada por el camino, desmayada, creo que necesita comer y descansar bien. Yo me dedico a viajar por el mundo para cumplir mi entrenamiento.

Mientras hablaba la chica alzo su voz apenas audible -Agua, comida y un sitio donde dormir. Parece que necesita descansar, esta claro que vamos a tener que quedarnos aqui a descansar

-Si no te importa nos gustaria descansar un dia o dos hasta que bueno... mi nueva amiga se recupere, como puedes comprobar es todavia muy joven. Perdona le puedo preguntar el motivo por el cual cerro su negocio, ¿acaso hay tan pocos viajeros?.